jueves, 31 de marzo de 2016

EL SUEÑO Y LOS ESTUDIANTES

¿Qué es el sueño?

Podemos pensar que todos saben a lo que se refieren cuando de hablar de sueño se trata, cada uno de nosotros dormimos, conocemos cuando tenemos la necesidad de hacerlo y podemos identificar fácilmente cuando otra persona lo hace; sin embargo, esto no significa que la definición de esta parte tan misteriosa de nuestra vida sea sencilla.

Gustavo Adolfo Bécquer expresa de forma poética, cada día entramos en un mundo extraño, y pasamos en ese mundo un tercio de nuestra vida, esto quiere decir que si vivimos 85 años, alrededor de 28 estaremos dormidos, sin embargo conocemos muy poco en qué consiste o porqué se produce el sueño, no tendría sentido invertir tanto tiempo en hacer algo que no fuera realmente importante y necesario. Por lo tanto, es fundamental para la supervivencia.

Siempre se había pensado que el sueño era un estado de inactividad, en el que el cerebro dejaba de funcionar, posiblemente con la intención de descansar o recuperarse. Posteriormente se descubrió que mientras dormimos nuestro cerebro sigue funcionando y, es más, en algunos periodos durante la noche está igual o más activo que cuando estamos despiertos.

¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso? 
¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo,
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros? 
¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso? 
¿Y ríe y llora y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro? 
¡Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros:
lo que sé es que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco!

Gustavo Adolfo Bécquer (Rima LXXV)



LUCHARAN DE DOS A TRES CAIDAS SIN LÍMITE DE TIEMPO
Estudiantes, la tecnología y el sueño.


La cultura actual, envuelta en tecnología es un factor importante a la hora de conciliar el sueño; para el estudiante promedio, es más de mayor relevancia postear en Facebook, Twittear y subir fotos a Instagram que repasar la lección recibida ese día o investigar temas que le quedaron sin aclarar. 

Pareciera que los jóvenes hoy en día han hecho de la tecnología, una forma de vivir la vida envuelta en una burbuja; ya que dependen de ésta, para tener todo tipo de relaciones; el estar en constante dependencia de las redes sociales, hacen que se distraigan de una forma tan drástica o completamente radical, causando un alejamiento de su vida cotidiana. 

Alguna vez se especuló si sería posible aprender durante el sueño. Sería estupendo que pudiéramos ponernos unos auriculares al acostarnos, y al levantarnos nos supiéramos la lección sin ningún esfuerzo. Por desgracia, parece que esto no es posible. Estudios que se han realizado muestran que la información que se intenta suministrar durante el sueño luego no se recuerda. Lo que sí parecen indicar algunos estudios es que se aprende mejor después del sueño. Es decir, si se aprende algo y después se duerme un tiempo, tras el sueño se recuerda mejor lo aprendido que si no se ha dormido. Esto estaría de acuerdo con la teoría de que el sueño sirve para organizar las memorias, y según esto parece que NO ES BUENA IDEA QUEDARSE ESTUDIANDO LA NOCHE ANTES DEL EXAMEN.

¿Qué debemos hacer?

Cada persona llevamos un ritmo de vida diferente y, por lo tanto, tenemos unas necesidades de descanso distintas. Sin embargo, más allá del número de las horas de sueño, tenemos que tener claro que descansar de manera insuficiente hace un flaco favor a nuestra salud. Dormir bien durante el sueño, disminuye la cantidad de hormonas del estrés en el cuerpo. Esto implica, según los expertos, que se reduzcan los riesgos de enfermedades coronarias y vasculares, así como otras dolencias relacionadas con el estrés.
  • Cuando llegue el momento de estudiar en casa, apártate del mundo exterior, procura que sean solo tú y el libro; Apaga el WiFi.
  • Haz ejercicio físico diario, siempre durante la mañana o a primera hora de la tarde. 
  • No te acuestes si no tienes sueño. 
  • "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo"; Y es que una comida abundante puede interferir en nuestro sueño al hacernos pesada la digestión, aunque tampoco es aconsejable irse a la cama con sensación de hambre. 
  • Mantén un horario de sueño constante, levantándose todos los días a la misma hora.

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